Me miraba, y lo sé. Desde el otro lado de la calle. Mientras saboreaba su tentadora onza de chocolate negro, sus ojos azabache se fijaron en mi. No puedo describir lo que ví dentro de esos ojos de gato, quizás atrevimiento, ¿pudiera ser que incluso se apreciara algo de temor? Yo, hechizada, también la miré. Me hipnotizó. No pestañeaba, no hizo nada. Hasta que, tras apartarse un mechón de pelo castaño, comenzó a andar. Ahora no me miró. Decidida, se acercó a mi. Y si, ella me preguntó: ¿Nos conocíamos?
Me ha gustado mucho!
ResponderEliminarTe sigo sin dudarlo!
Un besazo
¿Os conociais? xD jajajaj
ResponderEliminar¡Qué dulces los dos! Con el chocolate jaja Un momento muy mágico.
ResponderEliminarUn beso!
Se conocían ? jaja, tengo ganas de comer chocolate, pero blanco♥!
ResponderEliminarTe sigo :D
¿Y que fue lo que contesté?¿Le dije que si, que nos habíamos visto en sueños, mientras ambas comíamos chocolate sentadas en el alfeizar de nuestras ventanas? O ¿que tan solo la estaba mirando descaradamente porque me hipnotizaba?
ResponderEliminarBesos :)
y se conocían? que entrada mas hermosa caramba :)
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