Street Dance, ¡a bailar!

Esta es otra de las muchas películas que tratan de lo mismo: un grupo de bailarines de calle que se ven obligados, por las circunstancias que sean, a bailar con un grupo de chicos de un estudio de ballet. Pero a pesar de que el argumento ya puede resultar un poco repetitivo me ha gustado bastante. La verdad es que al ver cuando bailan es para quedarse con la boca abierta por el asombro, no entiendo como pueden moverse de esta forma, es impresionante! Así que dejando a parte el tema de la película, la verdad es que es muy chula.

Las cosas no le pueden ir mejor a Carly, una bailarina de calle. Está enamorada de Jay y su grupo ha conseguido clasificarse para la final del campeonato de Street Dance. Pero Jay deja tirados a Carly y al grupo, rompiéndole el corazón y poniendo en peligro los sueños de los bailarines de calle. Carly lucha por demostrar a sus compañeros y a si misma que pueden llegar a ganar. Después de la pérdida del lugar de ensayo i otros contratiempos, comienza a dudar de su liderazgo. La salvación llega cuando se encuentra con Helena, una profesora de ballet, que, impresionada por el entusiasmo de Carly y el grupo, les propone practicar en una lujosa sala de su academia a cambio de colaborar con los bailarines.

Helena quiere que Carly transmita la intensidad i la pasión de el Street Dance a sus alumnos. Cuando los dos estilos se encuentras, se produce un choque de culturas. Los bailarines de ballet se horrorizan delante del estilo desgarbado del grupo de calle y Carly con sus aires de superioridad. Al final, los bailarines empiezan a sentir respeto por los movimientos de los chicos de Street Dance.