Autor: James Joyce
Año de publicación: 1916
Año de publicación: 1916
Editorial: Alianza Editorial
Género: biografía, novela de aprendizaje
Resumen:
Novela con una fuerte carga autobiográfica, publicada perdiódicamente entre 1914 y 1915 y finalmente como libro en 1916. El protagonista, Stephen Dedalus, alter ego de Joyce, relata episodios de su vida a través de evocaciones azarosas de su pensamiento que le llevan a topar una y otra vez con el catolicismo, el pecado, el sacrificio, la penitencia y lo socialmente adecuado.
Retrato del artista del adolescente ha sido un libro bastante diferente a lo que estoy acostumbrada a leer. No es que yo me encierre en un tipo de literatura, o que no me gusten este tipo de lecturas, bastante más profundas y complejas. El problema de eso es que no tengo suficientes referencias para comprender todas las citas a filósofos y artistas diversos. Aún así, eso no ha hecho que no me gustara la novela.
El estilo va cambiando a través de los capítulos, lo cual es una idea fantástica y, en mi opinión, posiblemente lo mejor de la obra. Al principio, Dedalus es un niño, por lo tanto, Joyce escribe de forma muy libre, con repeticiones y expresiones propias e imprecisas, de la misma manera que lo haría un niño. A medida que va madurando, el lenguaje cambia con él: va tomando más vocabulario, incluso llega a usar alguna figura literaria. Por fin, el protagonista llega a una adolescencia muy convulsa, con muchas crisis de pensamiento y personalidad, así que el lenguaje se vuelve más complicado e, incluso, difícil de seguir en algunos puntos. Al final, cuando Stephen resuelve cual es su verdadera naturaleza, vuelve a allanarse. Esto hace de la narración algo vivo, que transmite muy bien los diferentes cambios.
El personaje de Stephen es, como en toda biografía, el centro de la novela; por lo tanto se trata de un personaje muy bien elaborado. Stephen, ese niño, adolescente y, al final, un poco adulto, es todo un ejemplo de atormentado por sus propios sentimientos y preguntas, que al principio busca el hecho de adaptarse a la sociedad, siendo todo lo santo y bueno según la moral religiosa, y que al final acaba descubriendo su propia verdad, sus verdaderas aspiraciones y, sobre todo, la vocación artística.
Pero entre el relato de la vida de Stephen (que, como se cita en el resumen, resulta ser un alter ego del mismo Joyce), el autor introduce pequeños fragmentos en boca del mismo protagonista, como si fueran ensayos, sobre sus propias ideas filosóficas, sobre religión y arte, básicamente. Esta es la parte sobre la cual no puedo opinar, dado que, pese a llegar a comprender los razonamientos de Joyce, desgraciadamente me perdía entre referencias a escritos concretos de Tomás de Aquino o Aristóteles que yo no conozco.
A parte de todo esto, también me ha parecido interesante su forma de retratar el ambiente, la Irlanda de principios de siglo, con sus tristemente ya célebres conflictos políticos y religiosos. Para captar las referencias a algunos personajes o episodios históricos irlandeses, que yo también desconocía, también tuve que indagar un poco en la web.
Quizás la falta de información que ha hecho que no pueda disfrutar al 100% de la lectura se habría podido paliar (entiendo que no solucionar, ya que sé que son a veces cuestiones de cultura general) con notas de página, de las cuales esta edición carecía.
Me gustaría, por último, recomendar la traducción de Dámaso Alonso, ya que sólo alguien con un dominio del lenguaje como el suyo podría haber adaptado al castellano el estilo cambiante de Joyce con tanta belleza y precisión.
Me gustaría, por último, recomendar la traducción de Dámaso Alonso, ya que sólo alguien con un dominio del lenguaje como el suyo podría haber adaptado al castellano el estilo cambiante de Joyce con tanta belleza y precisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe como quieras lo que quieras, nos puedes dejar la URL de tu blog si quieres que lo visitemos, pero no al SPAM, porfavor :)