Hay días en los que veo el mundo de purpurina. Todo es brillante, todo genial, perfectísimo. Como si yo pudiera elegir lo que va a pasar. Esos son los días en los que de repente me pongo a bailar, a cantar, a soñar. Y digo yo: por qué no? Qué me lo impide? y esos días decido convencida un montón de cosas, que voy a cambiar el mundo. Pero solo un día. Al día siguiente, la purpurina sigue en su opaco frasquito. ¡Maldita sea!
¡Como te entiendo! Sí, me pasa lo mismo, y hay dias que paerce que el frasquito está lleno de chapapote u.u
ResponderEliminarA mí me pasa lo mismo... :( Lo que pasa es que la mayoria de los días la purupurina está encerrada en un frasco...
ResponderEliminarJoana
A mí me cuesta mucho tener un día de esos,pero aún así lo he tenido,y tienes razón,por desgracia al día siguiente se pasa el efecto.
ResponderEliminarBesos!
http://lacajadelangel.blogspot.com/
Muy pocas veces tengo días de esos, pero cuando los tengo no hay quien me pare! Una entrada fresca y bonita, me gusta :)
ResponderEliminarUn beso :D
¡Qué final más bueno! Aunque yo no creo que tenga que ser así. De todas formas, disfrutemos la purpurina mientras dure ;)
ResponderEliminarUn beso!
Lo siento tal cual lo dices...
ResponderEliminarVeo cambios en tú blog desde la última vez que estuve por aquí, me gusta.
Estoy de nuevo blogueando pero no sé durante cuanto tiempo será esta vez... :S
Un besazo, siempre es un placer leerte. ^.^