Escribamos algo, algo por el minuto de lluvia en la ventana, con tranquila música de fondo, en el que sin saber muy bien porqué se te olvidó todo lo que te atormentaba. Olía a relajación, un mechón de tu pelo dorado se escapó de la goma que lo sujetaba.
Y te perdiste en el cielo gris, que quedaba reflejado en un charco de la calle. Acabó la canción y te dio igual, porque sabías que bastaba con la lluvia repiqueteando.
Esa temperatura perfecta y esa brisa fresca, esas luces resplandecientes que bañaban tenuemente la acera.
Y entonces, sólo entonces, la cuestión fue clara: hagamos de aquellos minutos nuestros días, volemos lejos y no volvamos a aparecer;
vivamos para siempre este segundo.
Y te perdiste en el cielo gris, que quedaba reflejado en un charco de la calle. Acabó la canción y te dio igual, porque sabías que bastaba con la lluvia repiqueteando.
Esa temperatura perfecta y esa brisa fresca, esas luces resplandecientes que bañaban tenuemente la acera.
Y entonces, sólo entonces, la cuestión fue clara: hagamos de aquellos minutos nuestros días, volemos lejos y no volvamos a aparecer;
vivamos para siempre este segundo.
♥♥♥ Me encanta Clara!! *.*
ResponderEliminarJoana