Paseaba aquel sábado perdido en el tiempo, por aquella plaza desierta, yo sola, dejado que el sol me inundara por completo, de arriba a abajo, desde los dedos de las manos hasta la punta de la nariz, mientras (no me preguntes cómo) olía el calor que se avecinaba, y con el las tormentas de verano, la piscina, las salidas de campo y playa. Pero por el momento, yo estaba allí, dirigiendome hacia ninguna parte, guiñando los ojos por la luz excesiva, y dejando que ésta luz me invadiera y me llenara de felicidad, y empezara a bailar, que es lo que hago los sábados perdidos en el tiempo cuando estoy yo sola en una plaza desierta y el sol me inunda por completo.lunes, 16 de mayo de 2011
Sol
Paseaba aquel sábado perdido en el tiempo, por aquella plaza desierta, yo sola, dejado que el sol me inundara por completo, de arriba a abajo, desde los dedos de las manos hasta la punta de la nariz, mientras (no me preguntes cómo) olía el calor que se avecinaba, y con el las tormentas de verano, la piscina, las salidas de campo y playa. Pero por el momento, yo estaba allí, dirigiendome hacia ninguna parte, guiñando los ojos por la luz excesiva, y dejando que ésta luz me invadiera y me llenara de felicidad, y empezara a bailar, que es lo que hago los sábados perdidos en el tiempo cuando estoy yo sola en una plaza desierta y el sol me inunda por completo.
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Muy bonito Clara, deberías pasarte y publicar más a menudo, porque lo haces genial!!
ResponderEliminarClara, definitivamente tienes que escribir más. Haz caso a Joana. Hazme más caso a mi porque ella es tu amiga. Yo que soy una visitante te digo que me encanta como escribes :)
ResponderEliminarA mi también me encanta la luz del sol. Es mágica, por así decirlo. Te hace guiñar los ojos y es entonces cuando los tienes entre abiertos que ves lo que se avecina y ves la plaza desierta.
¡¡Precioso!!
Precioso, me encanta :D
ResponderEliminarLa magia del calor del sol, perfectamente reflejada!