El globo azul se cimbreaba al paso del viento. Suerte que la niña lo tenía bien cogido, y con fuerza, porque si no ya haría rato que el globo estaría volando por el cielo gris que amenazaba tormenta. El globo cada vez se movía más y se revolvía con violencia. La niña lo aferraba con todas sus fuerzas, pero el final pasó lo que era obvio que pasaría: el globo se escapó de la pequeña mano que le sujetaba y con una sacudida violenta se despegó hasta el cielo.
Suele pasar... con un globo o con otras cosas... se escapan de las manos
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