En mis sueños yo era la hada del bosque... Cada día esperaba con impaciencia que el sueño viniera corriendo hacía mí, para envolverme por completo, para que yo pudiera submergirme en sus profundidades infinitas. Y cuando empezaba esa sensación de marcharme de mi habitación, de la cama sobre la que estaba tumbada, era el momento en que me sentía más feliz, mis preocupaciones se desvanecian y empezaba mi vida perfecta. Caminaba despacio, mirando mis pies descalzos, que pisaban el suelo lleno de charcos que reflejaban la luna plateada. Todo eso era mi verdadero mundo, y no el que dejaba atrás.
Precioso relato y preciosa foto, Joana. Yo a veces también siento que el mundo de los sueños es más real que la propia realidad.
ResponderEliminarSuele pasar.... sobre todo teniendo en cuenta que a veces la vida real te aporta tan poco que necesitas vivir de los sueños...
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