Lo buscaba desesperadamente, él tenía que estar aquí. No sabía siquiera porqué lo hacía. Él la había dejado, pero Alba quería saber si era verdad, si el argumento que él había utilizado para cortar con ella era cierto, que había realmente otra chica. Alba sabía que él estaría en la playa este fin de semana, pero no lo encontraba, ni en la arena, ni en el mar. Sus cabellos negros como el azabache no destacaban, con tanta gente. Hasta que lo vió. No estaba ni tomando el sol ni bañandose. Estaba sentado en la terraza, tomando un helado de limón. Y ella también estaba. Ver con él aquella rubia, con los ojos verdes, con un estilo perfecto la destrozó. Alba marchó corriendo, pisando fuerte la arena. Ya no necesitaba ver más.
miércoles, 27 de abril de 2011
Pisando la arena
Lo buscaba desesperadamente, él tenía que estar aquí. No sabía siquiera porqué lo hacía. Él la había dejado, pero Alba quería saber si era verdad, si el argumento que él había utilizado para cortar con ella era cierto, que había realmente otra chica. Alba sabía que él estaría en la playa este fin de semana, pero no lo encontraba, ni en la arena, ni en el mar. Sus cabellos negros como el azabache no destacaban, con tanta gente. Hasta que lo vió. No estaba ni tomando el sol ni bañandose. Estaba sentado en la terraza, tomando un helado de limón. Y ella también estaba. Ver con él aquella rubia, con los ojos verdes, con un estilo perfecto la destrozó. Alba marchó corriendo, pisando fuerte la arena. Ya no necesitaba ver más.
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Lo pero, ver a la persona que quieres con otra... se pasa muy mal :(
ResponderEliminarMe gusta como la foto te hace imaginar el relato.
ResponderEliminarCuando pasa esto, una parte de ti te dice "mejor no vayas, y no verlo" y otra "quiero verlo, y a ella". Después de arrepientes, hagas lo que hagas.
Un sentimiento común, que ojalá no tuviésemos que pasar nunca.
besitos